Tomiño. Empresarios. Primera reunión
28 noviembre
2014. Resumen de Roberto Carballo
A las cuatro y media estábamos preparados para empezar.
Viernes por la tarde. Se nota en el ambiente una cierta tensión, propia del
mundo empresarial. Parece que falta tiempo para abordar tantos pequeños o
grandes problemas, y mucho más cuando uno es el responsable, el empresario.
Todo siempre tan agradable y amigable como es Galicia, mi
tierra, nuestra tierra.
Pienso que tengo ya que empezar, pues los que no han llegado,
irán llegando y completaremos los 16-20 personas que habíamos previsto en
principio. Estamos ya la mayoría.
Y empiezo como había pensado, leyendo una cita, una cita que nos incita a la reflexión y al
intercambio. En ella, Ernesto Sabato (“La resistencia”) nos conduce al quid de
la cuestión: la importancia del otro, la
importancia del cliente, la importancia del proveedor, la importancia del
colaborador, …. el autor afirma que es “quién finalmente nos salva”. Así
es, una empresa sin clientes no es una empresa, como mucho una idea; una
empresa no avanza sin el otro, el que nos contrasta lo que hacemos, el que nos
evalúa y valora, el que nos permite saber si hacemos el camino correcto. Es
igual que en ciencia, sin otro, sin un contraste continuo, no es posible
avanzar, y saber si lo que sabes es más o menos cierto o es sólo una hipótesis
o una idea.
Las cosas funcionan
porque continuamente estamos contrastados por el otro. En el mundo actual hablamos del
“mercado”, algo complejo y abstracto que tiene la “culpa” y la “razón de ser”
de todo, pero no es claramente así. El mercado es una representación abstracta,
una especie de caos que sigue unas reglas implícitas, donde la más
significativa es justamente de la que hablamos, de contrastar lo que hacemos.
Sabemos mucho mejor lo que sabemos, cuando nos han dicho que vamos por un buen
camino, y sino sencillamente especulamos. Por desgracia, la mayoría de nuestro
tiempo se mueve en la incertidumbre, porque aunque seamos bien evaluados, no
sabemos cuánto va a durar “la fiesta”.
Estas y otras reflexiones pudieron hacerse a partir de la
frase de Sabato. Y pasamos al tema
principal.
Expliqué en qué consistía el proceso que emprendíamos: buscábamos renacer, recuperar, mejorar, y
lo íbamos a hacer a través de la función básica de la innovación: mejorar la
interrelación y las relaciones entre nosotros para, mediante una metodología, mejorar nuestras formas de cooperación y de
colaboración, bien sea externamente (clientes, proveedores, mercado) o bien
sea internamente (colaboradores) o bien sea en paralelo (competidores que
pueden ser cooperantes en la consecución de nuestro horizonte).
Mejorar nuestra forma de cooperación y colaboración
básicamente con clientes, colaboradores y competidores –que pueden
transformarse en colaboradores-. Entendemos que la innovación, la vida, y por
tanto, también la competitividad está en función de cómo mejoramos nuestras
redes de intercomunicación.
Innovación =
f(Comunicación).
En función de esta premisa (si alguno quiere encontrarla
desarrollada tendrá que leerse alguno de mis libros, sobre todo “Innovación y
Gestión del Conocimiento”, introducción y capítulos uno, dos y tres, sobre
todo), montamos todo este proceso y empezamos
a trabajar.
Para mejorar nuestra intercomunicación, tenemos que conocernos, y uno conoce a otro por lo
que hace y cómo lo hace (“por sus hechos los conoceréis”), y lo mejor es
trabajar en grupo, conjuntamente, con un tema común, y en principio, dado que
nos movemos en un espacio empresarial en competencia, lo mejor es no empezar
directamente, sino tomar una línea no-lineal, que empieza trabajando en lo que
entendemos por innovar, por competir, y sobre todo, que es el tema que propuse:
qué
variables son claves para seguir siendo reconocido
(o para ser
reconocido si todavía no lo estamos) por el mercado,
porque si no
tenemos ese reconocimiento, difícilmente avanzaremos.
Formamos dos grupos, lo más heterogéneos posible –aunque
en este caso, el punto de partida es de mucha homogeneidad, dado que la mayoría
de los empresarios son del mismo sector productivo-, y nos pusimos a trabajar
en ese tema. Se introdujo un principio
de método para cooperar e intercambiar: disponer de alguien –un observador-
que mantiene la memoria, los aprendizajes del grupo. Y nos metimos a la tarea.
Una reunión grupal necesita pasar por
cuatro pasos:
El primero es para aportar documentación, analizarla y
relacionarla
El segundo para resumirla y verterla de nuevo al grupo,
precisamente por el observador
En el tercero, el observador se “hace cargo de la reunión”
como coordinador e intenta mejorar su discurso sobre el grupo
En el cuarto, nos prepararíamos para presentar nuestras
conclusiones provisionales a los demás, o sencillamente apuntarlas o forjar
tareas para otro encuentro.
Los dos grupos trabajaron sobre el tema y descubrieron
(“redescubrieron”) los pasos necesarios para hacer las cosas con criterio. Sin
embargo, no pudieron avanzar en las variables que “conducen” al éxito, o a
re-iniciarse en ese camino. Podría explicar el asunto de muchas maneras, pero
es mejor saber sencillamente que quedó como tarea pendiente, el que nos
adentráramos en la REALIDAD de cada empresa, y compartiéramos el DÓNDE ESTAMOS,
para así poder saber ADÓNDE QUEREMOS O PODEMOS IR.
Compartimos lo avanzado por cada grupo e intentamos retomar
el camino hacia la realidad misma de cada empresa, quedando como una TAREA
PENDIENTE que tendríamos que abordar cada uno de los empresarios presentes, si
queremos avanzar en el proceso innovador que hemos emprendido.
Así después de la reunión, quedaron tres tareas pendientes, y
una recomendación. Empezando por este, se trata de ESCRIBIR, de poner en un papel por escrito las tareas pendientes,
que son:
1. ¿Qué hemos sacado de la reunión de hoy? No se trata de valorar, de decir, fue buena o fue
mala, sino QUÉ ME APORTÓ, EN QUÉ ME
AYUDÓ, CON QUÉ ASPECTOS METODOLÓGICOS ME HE QUEDADO O ME HA RECORDADO, …….
Es decir, si hemos avanzado, por qué y en qué lo hemos hecho. Y por escrito,
unas líneas.
2.
Me repartieron unos artículos, algunas cosas que puedo leer y contrastar
con mi experiencia y mi situación actual: ¿puedo
poner mis reflexiones por escrito?
3. Por último, y sin duda lo más
importante, ¿DÓNDE
ESTAMOS EN MI EMPRESA? ¿CUÁLES SON MIS PROBLEMAS CLAVE? Y si puede ser comentándolo con mis
colaboradores o hasta con alguno de mis clientes, y tomando notas y asentando
lo que es clave para cambiar o para innovar o para competir, SABER DÓNDE SE
ESTÁ EN CADA MOMENTO. En ese análisis aparecerán los temas que tenemos que
abordar, los que son más importantes, los que son más urgentes, los que son más
esenciales, y por tanto, los que tenemos que abordar ya. Luego vendrá analizar
y estudiar cómo lo vamos a conseguir, qué métodos vamos a seguir, o qué
técnicas, es decir, el CÓMO vamos a llegar adónde parece que es preciso llegar
para superar la situación presente.
Se sugirió que si
alguien se atrevía que montase un blog, aunque sólo fuese para su
conocimiento personal, dado que los blogs son cuadernos dónde reflexionamos
sobre nuestros errores que son los que nos permiten realmente aprender.
Reflexionamos sobre nuestra realidad, y pensamos que hacer para superar alguno
de sus inconvenientes.
En consecuencia, hemos dado
un primer paso para la cooperación, porque sin
colaboración entre empresarios, sin colaboración interna, sin colaboración con
nuestros clientes actuales o potenciales o hasta con nuestros proveedores, es difícil
que podamos superar nuestros problemas actuales. Si no dominamos el
mercado, precisamos de la colaboración, aun estando en buena posición relativa
con los competidores: vamos a avanzar más sólidamente si cooperamos que si lo
intentamos en solitario.
Y para cooperar hay que: a) analizar dónde estamos; b) que
todos o la mayoría lo hagamos; c) que aprendamos a colaborar, y para ello la
metodología grupal es el principio de toda forma colaborativa; y d) que en
función de todo esto, creemos nuevos escenarios, nuevos proyectos que miren a
un horizonte común y más participativo. En mi opinión, no seguir esta senda en
estas circunstancias es suicida, porque la dimensión en todo es importante, y el mundo tira hacia las redes de
cooperación, como forma de superar las dificultades crecientes de la soledad
frente a un mercado en cierto modo caótico.
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